Mateo 11:28 Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar.
Estoy de vuelta. No escribo tanto como quisiera, aunque aprovecho este espacio para desahogarme un poco de la locuras que están en mi cabeza.
En estos días pasados, he estado en una montaña rusa de pensamiento y sentimiento. Me animo, decaigo, pido perdón, me enojo, estoy en paz, y vuelve la desesperación. No hay un estado constante ni permanente. Aunque desde el miércoles de esta semana he sentido que mi Señor me ha perdonado.
No pretendo haber cambiado ya, ni que he superado todo lo que me pasa, solo me entregue a Dios y espero en El.
No se cuan largo es el camino a recorrer, ni cuanto tiempo tomara, esas dos cosas son las que mas me atormentaron en estos días. Ademas del sentimiento de estar perdiendo lo que me importa mas (ahora lo segundo mas importante para mi) mi familia. Digo segundo porque quiero que el Señor Jesucristo reine en mi vida y cambien mi ser, me haga un hombre nuevo según su voluntad.
Y ahora si tengo lo que había pedido, tengo ayuda, nuevos amigos. Ya no estoy molesto por sentirme solo y abandonado. La ayuda la he conseguido y en personas que ni eran cercanas a mi antes de esto. Dos hermanos en Cristo, han mostrado su apoyo y me han hecho sentir amado. Andrei Bracho y Gerardo Hernandez. Han sido hombre usados por Dios y me han ayudado a comprender que hay situaciones donde solo se puede esperar en Dios. Gracias mi Señor por ellos, bendicelos.
Ahora he comenzado a caminar de forma distinta, me he rendido delante del Señor y quiero que El me guié. Aunque quiero estar con mi familia nuevamente, solo voy a esperar en El.
Ahora el verso de Mateo 11:28, se hace una realidad en mi vida. Se que la palabra de Dios es viva y eficaz, pero no es hasta que la dejamos obrar en nuestras vidas que podemos ver como es mas cortante que espada de dos filos y que penetra hasta lo mas profundo. En mi caso para cortar un tumor maligno llamado amargura.
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